La voz es una de las herramientas principales en el trabajo docente, por lo que son comunes las patologías relacionadas con esta. La disfonía es una de las más recurrentes, por ello queremos entregarte herramientas para evitar este desgaste conversando con especialistas en esta temática.
“Es común en docentes el desgaste vocal, ya que el promedio de estudiantes en sala supera los 45, llegando hasta 48. Por lo tanto, el esfuerzo que realizamos para llegar a cada rincón del aula es alto. También el estrés puede provocar disfonía, caso que a mí en particular me ha sucedido en varias ocasiones durante los últimos 5 años. En mi caso el descanso y la hidratación fueron claves, junto con ello practicar la impostación de la voz. Sin duda recomiendo acudir a un especialista a la primera señal, para no llegar a estos extremos”.
Nos cuenta Nancy Pastén, profesora de Historia, Geografía y Ciencias Sociales del Instituto Presidente Errázuriz de las Condes.
De acuerdo con el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital del Trabajador de Santiago la disfonía profesional es una alteración de la voz que perturba la comunicación o reduce la calidad de vida, y que tiene relación directa con la presencia de condiciones de riesgo en el lugar de trabajo.
La Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) financió en 2012 la investigación “Prevalencia de disfonía en profesores de colegios de la comuna de Santiago y factores de riesgo asociados” a través de la Fundación Científica y Tecnológica (FUCYT-ACHS).
Los hallazgos principales fueron: una alta prevalencia (75,5%) de disfonía en docentes de colegios dependientes de la Municipalidad de Santiago. La muestra -402 docentes- presenta alteración leve en un 87,8% y moderada (12,2%), lo que sugiere que esperan tener un problema severo que les impida trabajar para realizar una consulta.
En vista de lo anterior, conversamos con Pamela Carrasco, fonoaudióloga y académica de la carrera de Fonoaudiología de la Universidad de Las Américas; Ismael Pereira, locutor profesional y José Órdenes, rector del colegio Teresa de los Andes de Bulnes de la región de Ñuble y docente de Música, para que conozcas factores de riesgo y además, entregarte recomendaciones para evitar el desgaste progresivo de la voz.
Factores de riesgo y recomendaciones
La fonoaudióloga Pamela Carrasco, destaca que existe una alta prevalencia de patologías vocales en docentes, debido al tiempo prolongado del uso de su voz y de la poca preparación que tienen para enfrentar este entorno. Por ello, hace hincapié en que “es muy relevante el autocuidado y adoptar conductas saludables para la voz cuando la usamos de forma profesional, como es el caso de los docentes”.
Continuando en esta misma línea, el locutor Ismael Pereira agrega que “la respiración y la vocalización son muy importantes. Es necesario saber respirar para manejar el mismo tono y volumen y no quedar sin aire. La respiración debe realizarse por la nariz y no como un jadeo, ya que esto genera más cansancio a la voz”. El profesional también indica que la falta de amplificación del sonido en las aulas provoca alzar la voz o gritar, aumentando el desgaste.
No se debe hacer uso profesional de la voz al poco tiempo de despertar, ya que esta no se encuentra en su estado normal. Primero se debe limpiar la garganta realizando ejercicios de vocalización e hidratando con té o agua a temperatura ambiente, lo que ayuda a relajar este órgano.
La hidratación constante es algo en que coinciden los tres profesionales. El rector José Órdenes igualmente lo menciona, pues es una ayuda para la fatiga vocal que producen los largos periodos en entornos ruidosos en los que trabajan las y los docentes. Por otra parte, alude al estrés como un factor preponderante en el incremento de esta problemática. Un ejemplo es lo ocurrido en pandemia, donde no solo realizaban clases, sino también tenían la preocupación por la trayectoria educativa de los estudiantes, el trato directo con las y los apoderados en casos de situaciones complejas y las inquietudes personales debido al covid-19, entre otros.
El entorno físico donde se lleva a cabo la labor docente igualmente incide en la aparición y progresión de esta patología.
La mayoría de los establecimientos se construyen pensando en el espacio y no en las condiciones acústicas, causando reverberación excesiva de la voz y un bajo permanente en el sonsonete que agota, acrecentando la tensión en las cuerdas vocales.