Nada más serio que jugar

Conoce la experiencia de profesionales de la educación implementando el juego guiado
Patricia Carrasco, educadora diferencial
Patricia Carrasco, educadora diferencial
Javier Russo, co-creador del juego The Class of Zombies
Javier Russo, co-creador del juego The Class of Zombies

Si cuando eras niño jugabas ludo o a la gran capital, en ese momento, además de pasarlo bien, estabas aprendiendo sin darte cuenta. Según Vygotski, reconocido psicólogo constructivista del siglo XX, cuando los niños juegan construyen su aprendizaje, sobre todo en cuanto a relaciones sociales, ampliando su capacidad de comprender la realidad del entorno.

En la actualidad, Kathy Hirsh-Pasek, miembro de la Asociación Americana de Psicólogos, del comité CIVITAS y del consejo para America's Promise, también afirma que el juego está relacionado con el aprendizaje. Para ella, los niños aprenden mejor en ambientes lúdicos, a través de juegos guiados.


“Cuando tenemos un juego guiado, los niños realmente pueden aprender y participar, pueden comprometerse con estos sistemas académicos, pero los profesores deben tener ciertos objetivos en mente, tienen que saber cómo dirigirlos estimulando el aprendizaje”. Por lo anterior, la especialista señala como necesaria la capacitación de los profesores, para que estén en condiciones de aprovechar todo el potencial infantil.

 

Ludoteca en Pitrufquén

En el Colegio Madres Dominicas de Pitrufquén, están convencidos de que el juego es una experiencia de aprendizaje. Por eso, el año pasado en el marco del Plan de Mejoramiento Educativo (PME), adquirieron dos ludotecas con juegos de mesa sobre Formación Ciudadana y Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), y se capacitaron para aplicarlas en los niveles de prekínder y kínder.


Patricia Carrasco, educadora diferencial del establecimiento, fue una de las profesoras que participó en este proyecto. Uno de sus juegos favoritos es el Chikiboom,  en donde un grupo de alumnos debe  mantener en equilibrio una torre de piezas planas, sacándolas una a una sin que esta se desarme. Entre los logros de aprendizaje, destaca la auto regulación, la atención sostenida, el trabajo colaborativo, empatía, solidaridad, y pensamiento crítico.


“Si bien los aprendizajes curriculares siempre están, ya que cada juego cumplía un objetivo específico,  lo que relevo es que fomentan la capacidad de convivir, creando un clima escolar adecuado”, indica la docente, observando que lo más valorable fue que los estudiantes iban aumentando su capacidad de compartir con sus pares sin pelear, aprendían a esperar turnos, y a darse ánimo entre ellos.

 

Zombies que ayudan al clima escolar

Javier Russo, es cocreador del juego de mesa The Class of Zombies, el cual ha sido empleado por diversos establecimientos del país –como el Colegio El Almendro de El Bosque-,  para mejorar el clima escolar. Aquí, los alumnos deben asignarle cualidades positivas a un zombie para que pueda avanzar en el tablero y convertirse en humano luego de superar conflictos como bullying, o drogadicción.


“Los estudiantes resuelven sus conflictos, temas que nos les permiten avanzar, desde una lógica cooperativa, utilizado inteligencia colectiva, la intuición y poniendo en valor su propia experiencia. Van generando empatía en un ambiente cuidado, desarrollan el trabajo  en equipo cooperan para dar los primeros pasos hacia una resolución de aquello que incomoda o no permite avanzar”, explica.  


Así, las emociones que generan malestar se resignifican con el apoyo de la historia de los demás estudiantes, permitiendo que los alumnos se comprometan con sus pares para hacer  un cambio o mejora que permite avanzar con temas que los tienen estancados o que les son  desafiantes en una lógica evolutiva. “Jugando, logran una mejor versión de sí mismos”, afirma Russo.

 

Recomendaciones para comenzar a jugar

En base a su experiencia, Patricia Carrasco entrega recomendaciones a otros docentes que quieran incluir el juego dentro de su sala de clases: “Conocer el material es sumamente importante, es aconsejable jugar en conjunto con otros colegas y vivir la experiencia; partir siempre desde la exploración y dejar que los niños manipulen a su antojo en los primeros acercamientos, es útil para bajar los niveles de ansiedad”, son algunos de sus consejos. Asimismo, sugiere no utilizar nunca el juego como un medio de evaluación, “porque se pierde el sentido del juego”, y “volver a pensar un poco más como cuando éramos niños”.


En tanto, Daniel Barría, psicólogo educacional y Director Ejecutivo del Observatorio del Juego, centro de estudio que promueve el aprendizaje lúdico como un medio pertinente para abordar los desafíos de la educación en el siglo XXI, recomienda generar un ambiente adecuado.


 “El juego va provocar un montón de emociones en la sala de clase, y esa es una virtud que se protege. Hay que generar un ambiente adecuado para la utilización del juego. En ese contexto, la idea es poder generar aprendizajes significativos. La disposición de la sala debe ser de otra manera, para que los niños puedan interactuar, reconocerse, disfrutar. Además, la clase debe tener un objetivo de aprendizaje claro, para poder seleccionar los juegos idóneos a ese aprendizaje”, apunta el especialista.

 

La importancia del juego en los niños y niñas
Infografía que explica los beneficios del juego en el aprendizaje
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