Manuel Calcagni, ganador de la quinta versión del Global Teacher Prize Chile, se desempeña como profesor de la asignatura de Historia, en el Instituto Nacional y además realiza un taller extracurricular de cine llamado “Creavisión”, en el cual busca fomentar las habilidades y conocimientos de ciudadanía impulsando la creatividad, el pensamiento crítico y el trabajo colaborativo en estudiantes desde 2° hasta 4° medio.
A pesar de las dificultades que ha traído consigo la pandemia, los establecimientos educativos y sus actores han trabajado arduamente para desarrollar aprendizajes y dar contención emocional a sus estudiantes y familias. Es por ello, que el Global Teacher Prize Chile, conocido como el Premio Nobel de la Enseñanza, no podía estar ausente en su quinta versión organizada por Elige Educar, reconociendo y premiando la labor de las y los docentes de nuestro país.
En esta ocasión, el reconocimiento fue para Manuel Calcagni, profesor de Historia y creador del taller extracurricular de cine "Creavisión" del Instituto Nacional, quien a través del lenguaje audiovisual ha promovido el pensamiento crítico, la creatividad y el trabajo colaborativo, con un importante enfoque en la formación ciudadana de sus estudiantes.
El cine y el trabajo colaborativo
¿Cómo llevar a cabo la labor educativa durante un año escolar tan diferente a los otros, en especial, dando continuidad a un taller extracurricular de cine? Manuel Calcagni reconoce que no ha sido fácil, sobre todo porque sus estudiantes tienen dificultades de acceso a Internet. Sin embargo, al igual que muchos colegas del país, ha innovado y buscado herramientas para mantener el vínculo pedagógico, por ejemplo, a través de una cuenta en Instagram de su taller.
Por medio de encuestas virtuales realizadas a los alumnos ha indagado en sus temas de interés, insumo que le sirve para elegir documentales, películas, y series para abordar esas temáticas. Para él, es clave que los jóvenes se sientan testigos activos de los sucesos que se están viviendo en el mundo y en Chile, como el estallido social vivido en octubre de 2019, que dan cuenta de transformaciones sociales.
Su método es fomentar el pensamiento crítico, llevando a cabo clases dialogantes a través de la creación audiovisual grupal, entendiendo el cine como un recurso visual que permite ver el mundo y la historia de una forma distinta: “Cuando hacemos un documental, a algunos les gusta la edición, a otros la investigación, la cámara, hacer el afiche, unos son buenos para hacer entrevistas. Cada uno va asumiendo un rol de forma natural, aportando desde distintos lugares. Ha sido maravilloso ver que el cine permite a los estudiantes trabajar de manera colaborativa y desplegar sus talentos”, expresa.
Otra de las actividades destacadas durante el 2020 que ha implementado el ganador del Global Teacher Prize Chile, ha sido el Ciclo de Cine Constituyente, que ha organizado junto con el Liceo 1 y el Centro de Arte Alameda. El propósito es rescatar el cine chileno para discutir temáticas relacionadas con el proceso constituyente. Esta iniciativa incluye una conversación en torno al film en formato de podcast, que permite comentar lo visto y plantear una discusión de los temas en ella tratados, ya que como menciona Manuel “una buena película genera la necesidad de comentarla”.
El objetivo de este Ciclo es hacer un conversatorio en base a una película chilena una vez al mes, poniendo sobre la mesa distintos temas de discusión para toda la comunidad, ya que es una actividad que se transmite de manera abierta con la intención de que la mayor cantidad de personas participe.
“El cine para mí significa la posibilidad de hacer las cosas de otra forma, en lógicas colaborativas, en el desarrollo del pensamiento crítico, que los estudiantes sean espectadores activos, miren un comercial de televisión o una serie con otros ojos, que piensen que pueden reflexionar sobre su entorno”.
Formación ciudadana
Este año se ha puesto en marcha la nueva asignatura de Educación Ciudadana para terceros y cuartos medios. Los temas de reflexión para este año son muy variados, incluyendo el estallido social, la pandemia y el proceso constituyente. En relación con esto, el profesor galardonado comenta que la educación ciudadana en las escuelas y liceos "es estrictamente necesaria, ya que esta asignatura nos obliga a hacernos cargo de las discusiones contingentes”.
Más allá de los contenidos hay una arista relacionada con la experiencia, ya que la ciudadanía es algo que concierne a todos. Por ello, el entrevistado también señala que “para mí es súper importante que esta asignatura tenga una dimensión práctica, que no sea sólo una alfabetización cívica. Ojalá pueda avanzar a acciones concretas, que los estudiantes puedan hacer proyectos para pasar a la acción. También tenemos una responsabilidad gigantesca con los temas ambientales, que podemos trabajar en ciudadanía. Por ejemplo, hablar sobre el consumo, de las formas de producción, del rol de las comunidades y no esperar que las soluciones nazcan siempre del Estado. Entender que cada uno de nosotros dentro de sus comunidades pueda generar un impacto y transformar la realidad en que vivimos”.
La acción o participación ciudadana es relevante para la sociedad, y los jóvenes han sido quienes durante estos últimos años han demostrado que es posible realizar cambios en la sociedad y la política. Sin embargo, a su juicio, muchas veces la imposibilidad de votar por minoría de edad, sobre todo en las últimas elecciones efectuadas en octubre, pueden generar desmotivación en algunos de ellos. Para contrarrestar esa desmotivación, su propuesta es reconocer la ciudadanía más allá del sufragio, con un rol activo desde la propia realidad.
“Todos y todas las estudiantes tienen algo que decir, algo que quieren mejorar y no porque no puedan votar no pueden opinar o participar de otras formas. A través de la asignatura de formación ciudadana les presento la paradoja: el movimiento estudiantil ha tenido un rol importantísimo en las transformaciones que se han dado desde la vuelta a la democracia, pero ellos no pueden votar, ¿cómo pueden ellos ser ciudadanos activos más allá del sufragio? Desde ahí lo conectamos con el currículum y también con las experiencias que viven cada uno de ellos en sus barrios, con sus amigos y sus propios movimientos estudiantiles. Esto ha sido muy bonito, porque ellos empiezan a entender que no sólo es un tema de contenidos, sino que ellos tienen un rol desde ya, en que muchos de estos desafíos se concreten”.
Cambio educativo
La educación ha sido distinta este año, y para Manuel, el cambio era urgente, necesario y obligatorio. ¿Estos cambios llegaron para quedarse o tenderán a desaparecer a medida que la pandemia también lo haga?, ¿será la educación la misma después que la pandemia termine?
“Yo quiero creer que no. Hay una dimensión emocional a la que hay que darle mayor importancia, salir del tinte academicista, de los resultados, de la excelencia académica. Hay que comenzar a democratizar los espacios, a escucharnos entre todos, es un desafío que trasciende de las aulas a las comunidades, de cómo nos vamos empoderando. Por otra parte, cómo nos hemos relacionado con las tecnologías durante este año nos invita a pensar en una educación más amplia, no sólo de contenidos, sino repensar cuáles son las habilidades que tenemos que trabajar.
Este año ha sido un remezón muy fuerte, que nos ha invitado a reflexionar y pensar en qué podemos hacer distinto, ya que la idea es no volver a lo mismo. Es necesario cruzar las disciplinas, ampliar las fronteras del conocimiento y de la sala de clases”, concluye.
¡Felicitamos a Manuel por haber obtenido este reconocimiento que refleja el enorme esfuerzo, creatividad, profesionalismo y cariño por la labor educativa de las y los docentes del país!
Si quieres conocer detalles de la ceremonia de premiación, puedes ver el siguiente video: