Desaprender que el conocimiento sólo proviene de libros, enseñar a pensar en vez de enseñar en qué pensar y promover habilidades para el siglo XXI como el trabajo colaborativo, son algunos de los aprendizajes sobre ABP que compartieron los asistentes en el Primer Grupo de Construcción ABP Chile.
Reflexionar sobre la implementación de la metodología Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), con el fin de mejorar la calidad de los aprendizajes de las y los estudiantes, fue uno de los propósitos del Primer Grupo de Construcción ABP Chile. Esta iniciativa, inédita en el país, fue coorganizada por Fundación Chile y el Ministerio de Educación, con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en Santiago.
El ABP es una metodología que promueve aprendizajes más profundos, vinculando el currículum escolar con la realidad de la escuela en un mundo de acelerados cambios. En ésta, los docentes motivan a sus estudiantes para abordar un desafío de su entorno, investigarlo y aplicar sus conocimientos al desarrollo de nuevas soluciones.
Representantes de 20 escuelas, universidades, organizaciones de la sociedad civil y el Ministerio de Educación, se reunieron el 20 de noviembre para generar conversaciones en torno a esta temática. Guiados por las expertas norteamericanas Jeannette LaFors, Doctora en Educación de la Universidad de Stanford y Michelle Pledger, codirectora del proyecto Aprendizaje Profundo de High Tech High, compartieron definiciones y oportunidades del ABP en Chile.
Enseñar a pensar
Esta metodología, se basa en que los alumnos diseñan, planifican y realizan un proyecto de investigación que idealmente integra más de una asignatura, generando un producto que es evaluado y presentado en público. Para Cecilia Sotomayor, Coordinadora de Proyectos ABP del Colegio La Girouette, establecimiento con más de 25 años implementando ABP, esto se sintetiza en “darle la acción a los estudiantes para que exploren un problema real que tiene sentido, exponiendo la solución en una muestra pública, poniendo en juego sus competencias de comunicación”.
De acuerdo con Michele Pledger, quien ha aplicado el ABP en una red de 14 escuelas de California, la clave para su implementación exitosa es desaprender. “Tuve que desaprender que los maestros y los libros de texto eran las únicas dos fuentes de conocimiento. El Aprendizaje Basado en Proyectos consiste en explorar junto a los estudiantes las preguntas esenciales. Descubrí que era más importante cultivar conocimiento significativo, en lugar de tratar de cubrir todo sin sentido. Lo importante es señalar a los estudiantes cómo pensar, en vez de qué pensar”, reflexionó.
Habilidades para el siglo XXI
¿Cuáles son las habilidades que promueve el ABP? Para Francisca Camus, encargada de liderar el equipo de ABP de Educación 2020, organización que está implementado esta metodología en cuatro establecimientos - Colegio Juan Moya Morales (Ñuñoa); Colegio Guardiamarina Guillermo Zañartu (Ñuñoa); Liceo América (Los Andes), y Escuela Ciudad de Lyon (El Bosque)-, una de las habilidades es el trabajo colaborativo.
En este sentido, plantea como desafío cambiar el paradigma de calidad de educación en los mismos alumnos. “Hemos observado que mientras más grandes son los estudiantes –primero o segundo medio-, vienen con una cultura de recibir información y de competencia más que de colaboración”, resalta la especialista.
Según Patricio Acuña, profesor de Tecnología del Colegio Nocedal de La Pintana, con ABP se logra un aprendizaje real acorde al siglo XXI, que ayuda a los alumnos a aprender otra habilidad: la resiliencia. “Con ABP podemos proponerles a los niños que solucionen en clases un problema real de sus casas, y como mediadores podemos hacerles ver que todos esos problemas del entorno son oportunidades de cambio para salir adelante”, explica el educador.
Primeras conclusiones
Andrea Osorio, Directora del área de Mejoramiento Educativo de Fundación Chile, expuso las conclusiones preliminares que surgieron en estas mesas de trabajo. Entre ellas, se encuentra la exposición de los estudiantes a nuevas formas de aprender; la flexibilización del currículum para permitir el intercambio entre asignaturas; el avance hacia una cultura de evaluación distinta, para abordar el desarrollo de habilidades; el mejoramiento de las condiciones laborales e institucionales (flexibilidad de horarios, considerar horas de diseño, infraestructura); la coordinación de los esfuerzos locales con las políticas ministeriales; y el involucramiento de los apoderados y otros actores de la comunidad en ABP.
En esta línea, Isabel Villarroel, Jefa UTP del Liceo 7 de Providencia, plantea que “el apoyo de los líderes debe existir, junto con un acompañamiento constante hacia los docentes que están iniciándose en ABP, generando capacitaciones”. En tanto, Mirentxu Araya, Directora de Relaciones Institucionales del Colegio Dunalastair, afirma que también se debe entusiasmar a los padres transformándose en un establecimiento de puertas abiertas, demostrándoles in situ que “necesitamos preparar a sus hijos de manera diferente para adaptarse a un mundo que necesitará mucho trabajo colaborativo y pensamiento crítico”.
Las conclusiones y desafíos identificados en las mesas de trabajo serán plasmados en un documento que durante 2019 será entregado al Ministerio de Educación. De este modo, se espera que esta iniciativa sirva como base para masificar la metodología ABP y articular una red en torno a los esfuerzos que se están llevando a cabo en Chile.