Conocer y reconocer nuestras emociones, expresarlas adecuadamente y mantener relaciones sociales empáticas y constructivas es algo que se puede aprender a partir de la primera infancia. El desarrollo socioemocional desde los jardines infantiles y escuelas impacta positivamente a las comunidades educativas, permitiéndoles alcanzar una convivencia educativa armónica.
Las emociones no siempre han estado al centro de la mesa cuando se hablaba de educación. Por décadas, cuando se pensaba en lo que tenían que aprender niñas, niños y jóvenes en la sala de clases, lo evidente era que debían adquirir conocimientos teóricos y prácticos de las asignaturas curriculares (aunque había voces disidentes que advertían que las emociones también debían ser parte del aprendizaje en las escuelas).
Sin previo aviso llegó la pandemia por Covid-19, periodo en que aumentaron los problemas de salud mental y se incrementaron las agresiones y manifestaciones de violencia en las comunidades educativas. De pronto, fue patente que las niñas, niños, adolescentes y adultos no sabíamos expresar qué nos estaba pasando, o bien, lo expresábamos de mala manera, afectando las relaciones interpersonales y, en consecuencia, la convivencia educativa.
Datos recientes muestran que esta problemática sigue presente. La Encuesta Nacional de Monitoreo de Establecimientos Educacionales en Pandemia, elaborada por la Escuela de Gobierno UC, el Instituto de Sociología UC, y el CIAE de la Universidad de Chile, en colaboración con el Centro de Estudios del Ministerio de Educación y la Subsecretaría de Educación Parvularia, arrojó en 2022 que uno de cada cuatro directores(as) del sistema escolar reportó el bienestar socioemocional como su principal dificultad entre junio y noviembre con las y los estudiantes.
Con respecto a la convivencia educativa, cifras de la Superintendencia de la Educación evidenciaron que entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2023 se ingresaron 7.975 denuncias de maltrato a nivel nacional. Del total, 3.218 denuncias (40,35%), estuvieron relacionadas con maltrato físico o psicológico a párvulos y/o estudiantes.
Aprendizaje socioemocional
CASEL es un centro internacional que ha estado liderando el campo del aprendizaje socioemocional desde 1994 y define el aprendizaje socioemocional como un proceso mediante el que se adquieren y aplican conocimientos, habilidades y actitudes que nos permiten desarrollar identidades saludables; manejar emociones, cumplir con metas personales y colectivas, sentir y mostrar empatía por otros, establecer y mantener relaciones constructivas y tomar decisiones de manera responsable.
Victoria Parra Moreno, jefa de la División de Políticas Educativas de la Subsecretaría de Educación Parvularia apunta que el desarrollo socioemocional se construye desde el nacimiento y contempla la manera en que las personas elaboran, significan y regulan su mundo emocional, al mismo tiempo que se relacionan con otros y otras, por tanto, sienta las bases para relaciones interpersonales armoniosas y sólidas.
La profesional, añade que “estas habilidades no solo impactan en el bienestar integral individual, sino que también influyen en la calidad de las interacciones y relaciones dentro de una comunidad educativa. Es por esto, que el desarrollo socioemocional y la convivencia, se han transformado en ejes centrales de la política pública, como es el caso del Plan de Reactivación Educativa, que en su Eje 1 aborda la Convivencia y Salud Mental”.
Seis acciones para el desarrollo socioemocional
Consultada respecto de qué acciones puede realizar un/a educador/a de párvulo o profesor/a para desarrollar habilidades socioemocionales en niñas y niños, Victoria Parra resalta que el rol docente es clave. Sugiere seis acciones que puedes llevar a cabo, para contribuir a una convivencia armónica.
- Invitar a participar en juegos o actividades que fomenten la comprensión de las emociones. Por ejemplo, contar cuentos, historias o situaciones y discutir cómo podrían sentirse las personas involucradas.
- Ofrecer experiencias que promuevan la reflexión sobre las propias emociones.
- Realizar juegos de roles o dramatizaciones de situaciones conflictivas. Permitir a tanto a niñas y niños practicar la resolución de conflictos de manera constructiva, identificando soluciones y practicando la comunicación efectiva.
- Organizar proyectos o actividades grupales donde niñas y niños trabajen colaborativamente para lograr un objetivo común. Esto promueve la organización, asumir responsabilidades y roles, la comunicación y la apreciación de las habilidades de cada miembro del equipo.
- Narrar historias de personajes que han enfrentado desafíos y superado dificultades. Discutir qué elementos les llaman la atención de esas historias y cómo pueden aplicar esas mismas acciones en sus propias vidas.
- Realizar actividades que destaquen la diversidad cultural, física, entre otras. Promover el respeto y la comprensión hacia las diferencias, promoviendo un ambiente inclusivo.
Involucrar a las familias
Por supuesto, también es fundamental involucrar a las familias y apoderados. Específicamente, en la Educación Parvularia y primer ciclo de Educación básica, es esencial para ofrecer un ambiente de aprendizaje que apunte al bienestar integral. Victoria Parra propone cuatro acciones que apuntan a este objetivo.
- Organizar sesiones informativas y talleres que proporcionen a las familias y cuidadores principales información sobre la importancia del desarrollo socioemocional en la primera infancia, así como proporcionar consejos prácticos y actividades que puedan realizar en casa para reforzar estas habilidades.
- Compartir información sobre el desarrollo socioemocional de niñas y niños. Mantener una comunicación abierta y constante con retroalimentación esencial, ya que contribuye a que la familia se sienta parte de esa comunidad educativa y se involucre activamente en todos los procesos.
- Proporcionar materiales educativos para utilizar en casa que fomenten el desarrollo socioemocional. Esto puede incluir libros, juegos y actividades diseñadas para fortalecer habilidades como la empatía, la resolución de conflictos y la autorregulación emocional.
- Establecer una comunidad educativa donde las familias se sientan parte integral del proceso educativo: incentivar la colaboración entre madres, padres, cuidadores, educadores y la comunidad educativa en general.
Curso Convivencia y Emociones en la Educación Parvularia
Durante nuestro ciclo de verano de Desarrollo Profesional encontrarás el curso Convivencia y Emociones en la Educación Parvularia, desarrollado junto a la Subsecretaría de Educación Parvularia. Su propósito es que puedas adquirir habilidades, competencias y conocimientos relacionados con la interacción social y el manejo de las emociones durante la trayectoria educativa de Educación Parvularia a Educación Básica, para así, poder guiar y apoyar el desarrollo socioemocional de tus estudiantes.
Experiencias docentes | |
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Maritza Meneses, profesora de Lenguaje en el Colegio Tierra del Fuego de la comuna de Quillota, completó la ruta de aprendizaje de esta acción formativa. La docente menciona que le impactó muchísimo, ya que gatilló en ella la reflexión de que “las aulas muchas veces dejan de lado a las familias, pese a que estas pueden enriquecer la propuesta pedagógica de aprendizaje socioemocional. Trabajando en conjunto se pueden lograr avances significativos”. | |
| Yannett León, educadora de párvulo del Colegio Maturana School de Villa Alemana, ha completado el curso y con mucho entusiasmo nos cuenta su experiencia. “Resonó mucho en mí la integración de las y los apoderados, y traspasar la información de las metodologías que pueden aplicarse tanto en el aula como en el hogar. Esto favorece el desarrollo de las y los niños en sus casas y repercute positivamente en el colegio”. Por otra parte, la educadora destaca que una de las herramientas que más le hizo sentido es llevar la música a la sala de clase junto con los ejercicios de respiración, “al complementar estas prácticas con el juego mejora el clima dentro del aula”. |
¿Quieres saber si este curso es para ti? Victoria Parra, te invita a explorarlo: “Un valor agregado de este curso es que no solo proporciona teoría, sino también herramientas concretas que podrán implementar directamente en sus aulas y con toda la comunidad educativa, para fortalecer las habilidades emocionales y sociales de los niños, en pos de una buena convivencia educativa. La participación en este curso enriquecerá su práctica pedagógica, y contribuirá al bienestar integral de las niñas y niños que conviven en sus aulas. ¡Esperamos contar con su entusiasmo y dedicación!”